No sabría que decirte exactamente si te tuviera frente a mi en estos momentos. Han pasado tan solo tres años y para mi es una eternidad. Tantos años perdidos sin intentar que fuera todo mejor, que pudieramos crear recuerdos mejores. No estabas hecho para quererme, eso lo supimos los dos desde hace mucho tiempo. Pero te echo de menos. Nunca habría creido que pensaría esto hace unos cuantos años, pero lo pienso, y es así. Echo de menos solo los buenos recuerdos. Cuando querías podías ser el mejor del mundo. Podías hacerme la niña más feliz del mundo, pero ahora ni soy una niña ni tu estás aquí para poder remediarlo.
Echo tanto de menos las mañanas de navidad en la que inocentemente corría hacia el árbol de navidad esperando ver de refilón a los Reyes Magos dejando mi regalo, cuando en realidad habías sido tu. No sabes cuanto echo de menos los viajes a los que me llevabas de pequeña. Esas cosas son las que siempre recordaré. Intentaré mantener tu recuerdo vivo en mí, e intentaré que pocas personas sepan la verdad entera. Solo quiero que sepas que te he perdonado. Todo. Siempre serás lo que eras para mi. No temas, ésperame, un día nos volveremos a ver y podremos hablarlo todo mucho mejor, tendremos mucho más tiempo para remediar los malos momentos e intentar recuperar los buenos. Mucho tiempo.
Me gustaría contarte tantas cosas. Te estás perdiendo mi madurez en tan poco tiempo. Estarías orgulloso, lo sé. Sé que desde donde estás puedes verme. Quiero creer que aún me quieres y que no sentías todo lo que hacías. Como ya te he dicho, siempre te tendré en mi mente, nunca te olvidaré.
Y aunque parezca mentira, te quiero.
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